miércoles, 2 de marzo de 2011

La elegia.



Canticos de tus vírgenes su grandes
Que  de tu amor proclamaron las dulzuras
Son aquellas voces que de unión colmadas
Llegan al corazón grave y puro.
Tu soberana mano ser enero
Me ha conducido a tan hambre asilo
Yo reconozco tu favor paterno
Y empieza al pacho a respirar tranquil.
Permitir pues que la religioso coro
Hoy se asocie aunque indigna la voz mía
Cubierta de ciprés mara la de oro
Para alabarme aun  hallare armonía
De tu justicia en formidable azote
En mi se ensangrentó por tempo largo
Mas si lo quieres tu que los labios agote
Del cáliz de vida el dejo amargo
Prolongue a su placer  mi senda triste
Tú providencia inescrutable y alta
Que si la fe de su bondad m asiste
Vigor pura sufrir nunca me falta.
Romper mis lazos cual estambre leves
Cuando encumbre mi amor tu mano eterna
Tú haces señor exaltación breves
La esperanza que forma en la tierra
Así lo sé tú bondad me estima
Que solo busque en ti sostener y asiento
Que cuando el hombre en su locura estima
Es humo  y polvo que dispersa en viento
Mas no condenas a que acerbo llanta
Riegue ese polvo que fue querido
Vendiendo  mi voz tu fallo santa
Deja gemir al corazón herido
El alma que a tu seno encumbro el vulva
Obedeciendo a tui querer Dios mío
Por toda herencia me dejo en el suelo
Ese sepulcro silencioso y frio
Y ni ese triste bien permitido el hado
Puede yo siempre custodiar amante
Bajo extranjero cielo abandonado
Lo he de dejar para gemir distante
Oh esposas de Jesús cuando aquel llegue
Forzoso instante de la ausencia impía
Permitid hay que ese sepulcro os lengua
Y en el corazón que os lo confía
Ya lo purifico la desventura y vuestro puro afecto lo embalsamo
No olvides pues que en esa sepultura
Velando queda un corazón que os ama
Y tu señor que entre tus hijas santas
Hoy me toleras con piedad vengas
Acepta con su himno a tu planta
Las bendiciones de sierva indígena

(ANA MARIA ORTEGA SANCHEZ)



Elegía

 
Solo recuerdo tus ojos
Tan tristes como  los míos
Del terrible día que te marchaste
Llenaste mi corazón de agonía
Grandiosa dama mía
Que sepan todos que la vida
Ya no es vida cuando tu no estas
Aquí junto a mí
Contemplando el maravilloso día
Que dios nos brinda con gran alegría
Aquella triste lejanía
Que te separa de mí sin saber  la falta
Que me hiciste  aquel anochecer
Embrutecido en alcohol no sabía que
Hacer tome una pistola y te hice
Desvanecer.


 (Jorge Daniel Suarez Salazar)


Elegía


         

Recuerdo su hermosa voz que
Producía al hablar
Con ese tierno semblante que
Reflejaba al mirar
Sabiendo que detrás de toda
Esa tierna hermosura
Había una mirada cansada de esperar
Aquella persona que la hiciera suspirar
Sola se quedo sabiendo que
Se moriría de esperar
Minutos y  horas que
Transcurrían sin cesar
Y así murió ella
Con el corazón destrozado
Sabiendo que jamás
Se acordaría de ella.


(Diana Paola duran Lemus)

Elegía

Como la muerte de alguien es tan difícil
De superarse, los seres más queridos y las
Personas que lo rodeaban lloran sin parar
Sufren por el amor de aquella persona, pero
A la vez están felices porque saben que
Estará en un mundo mejor para él, sin
       Sufrimientos, sin preocupaciones, tristeza y
a lo mejor lagrimas. La perdida de alguien
es difícil, es llorar por mucho tiempo, a veces
es la depresión de asimilar la muerte de esa
persona, es complicado hacerte a la idea
de que esa persona no estará mas tiempo
contigo, apoyándote, dándote consejos, ahora
solo tendrás el recuerdo de ella pues
es lo único que quedara de su presencia.


 (Paola carolina llamas Nuñez)



Elegía
Un segundo basto para destruir mi corazón
dos días para aplastar lo que quedo,
nueve días estuve rezando,
y 30 minutos de lamentación.
                                          
Esa luz te alcanzo
Porque me pregunto
Mira no te miento
Todo pasa más lento
El corazón ya no lo siento

En 30 minutos te vi y loca me volví 
En Dos días en mi chico te convertiste
En Nueve días en mi vida te volviste
Pero en solo un segundo, mi vida te perdí

Que hago, salto y te alcanzo  
Que hago, corro y que me lleven
Que hago, lloro y que me ahoguen
Ya sé.
  (Diana Elizabeth Gómez Alvarado)

Elegía
Un día triste como hoy,
De un amanecer nublado,
Se fue. No sé como paso,
El porqué sucedió.
Yo estaba muy mal,
Veía como en esa casa,
De paredes blancas, corría
Agua de las mejillas de
Esas personas de trajes negros.
Era muy pequeña, no comprendía
Lo que pasaba, miraba aquella
Caja y pensaba, en lo que  habría
Dentro, imaginaba muchas cosas,
Pero jamás, ver a ese viejo que
Muchas veces me hizo reír, mi gran abuelo.

                                               Autor. Frida Amairani Rodríguez Soto

 
 
 

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